Apoyada en fuentes que van del testimonio de las víctimas a videos que pasaron fugazmente por Youtube, la escritora examina la transformación de un país a través de las vidas de las personas que dirigieron el comercio de la droga de principios del siglo XX a la fecha.
Uno podría pensar que el protagonista es una multitud: los grandes capos, los policías que los persiguieron (o fingieron hacerlo) los políticos corruptos, los empresarios que lavaban dinero, los periodistas asesinados, las personas asustadas, incapaces de habituarse al terror.