Reportero de guerra, Diego Enrique Osorno ha asumido a lo largo de dos décadas la misión de registrar los aspectos más negros y retorcidos del acontecer nacional. Sus crónicas, llenas de claroscuros, nos han mostrado sin tapujos las realidades ocultas tras la "verdad oficial", tras el silencio obligado por la censura o la autocensura derivada del miedo.