El hombre mira un número dibujado sobre el suelo y dice en voz alta: “seis.” Enfrente, otro observa el mismo trazo y sin embargo grita “nueve.” Ambos se hallan alterados porque cada uno está convencido de que tiene la verdad. En la parte baja de la imagen aparece un reproche: “Solo porque tú estás en lo correcto, no significa que yo esté equivocado.