Hay todavía quienes protestan de la truculencia de esos dramas de alto viaje folletinesco, en los que hay más sangre que protagonistas porkilómetro cuadrado, y cuyos lectores o espectadores deben tomar precauciones para no ser ellos también víctimas de la tragedia.
Sin embargo, la vida real es en ocasiones más truculenta…Convendría recomendar un poco de discreción a la vida rea.