La vida cotidiana de los chilangos no está regida por las leyes. Está regida por las mafias.Día a día, lo sepan o no, los habitantes de la capital del país se someten a los dictados de mafiosos del agua, gangsters de los mercados, pandilleros del comercio, líderes de ambulantes, transportistas piratas, cárteles inmobiliarios, sindicatos tenebrosos y tratantes de personas? además de la delincuencia común. En la ciudad que alberga los poderes de la Unión, no se mueve una hoja sin que las mafias lo decidan.