Para padres y madres, profesores, orientadores y psicoterapeutas por igual, el desarrollo físico y mental de los niños y niñas es el pilar del trabajo de crianza.
No sólo para que transcurran su infancia en el mayor bienestar posible, sino para que lleguen a ser adultos con las capacidades necesarias para adaptarse con éxito a un mundo cada vez más exigente.