Enero de 1937. Pekín es una mezcla embriagadora de privilegios y escándalos, suntuosos bares de cócteles y fumaderos de opio, señores de la guerra y corrupción, rumores y supersticiones. Un mundo cuyo final está cada vez más próximo. En el exclusivo Distrito Diplomático, los extranjeros están asustados. Las tropas japonesas están preparadas para el ataque y se dice que el gobierno chino está a punto de llegar a un acuerdo con Tokio que abandonaría Pekín a su suerte. El miedo reina entre las viejas murallas de la ciudad, en una de las cuales, no muy lejos del inicuo Arrabal, se eleva una enorme torre de vigilancia. Los chinos de la ciudad creen que está encantada por los espíritus zorro, que se alimentan a costa de mortales inocentes.
Entonces, una noche extremadamente fría, alguien arroja allí el cuerpo de una inocente mortal. Se trata de la hija de un antiguo cónsul británico, y cuando se revelan los detalles de su muerte nadie puede creer que un ser humano pueda tratar a otro de esa manera. Este extraño asesinato paraliza a los habitantes de Pekín, incluso mientras los japoneses van apretando su lazo sobre la ciudad. Más de setenta y cinco años después de estos sucesos, Paul French encuentra por fin la solución al caso que se le había negado, en una historia que hará que mantengas bien cerca a tus seres queridos.