Fénix de América, la Décima Musa, consentida de la virreina y antagonista del arzobispo Francisco de Aguiar; hija del volcán por haber visto la luz a los pies del Popocatépetl, pero registrada como “hija de la Iglesia” por haber llegado al mundo en bastardía; cortesana, religiosa, dramaturga… Todo eso —y más— fue Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, la más grande poetisa que han dado estas tierras mesoamericanas.