Las estadísticas son el modo más eficaz e influenciar la opinión pública. Pero las estadísticas son construcciones sociales y productos de la actividad humana, lo que significa que hay que tener una actitud crítica y analítica ante los números, preguntándonos quién contabilizó qué cosa, cómo y porqué lo hizo. Por naturaleza, las cifras no son objetivas y, por ende, no constituyen evidencias indiscutibles.