Emma quería saber exactamente lo que en la vida es felicidad, pasión, embriaguez, palabras que tan bellas le habían parecido al leerlas en los libros.»
Así es Emma: un alma insatisfecha con su vida y con la cabeza llena de sueños maravillosos alimentados por las novelas románticas que devora, igual que Don Quijote devoraba libros de caballerías.