Hace doscientos cincuenta años, la opinión pública fue la que le dio la puntilla al Ancien Régime cuando se derrumbó en 1788. Pero ¿Qué era exactamente esa opinión pública y cómo afectó los acontecimientos? Se puede definir a la opinión pública de muchas maneras y someterla a examen desde muchos puntos de vista, pero apenas se pretende fijarla, se vuelve borrosa y desaparece como el gato de Cheshire.