La obra de Federico García Lorca recibió la admiración, la sorpresa y la adopción inmediata entre las revelaciones de nuestro tiempo.
García Lorca imprimió a su teatro, aparte de la poesía o con ella, el concurso de todas las artes que conocía y practicaba: música, canto, danza, pantomima; y decorados y vestuarios fantásticos.