Por primera vez, la Mafia protagonizaba una novela y era retratada desde dentro con acierto y verosimilitud. Mario Puzo la presentaba no como una mera asociación de facinerosos, sino como una compleja sociedad con una cultura propia y una jerarquía aceptada incluso más allá de los círculos de delincuencia. El Padrino narra la historia de un hombre: Vito Corleone, el capo más respetado de Nueva York.