Pocas relaciones son tan intensas y a la vez pueden llegar a ser tan conflictivas como las que se establecen entre padres e hijos. ¿Qué sucede si los hijos son distintos y, aunque se esfuercen, no consiguen encajar en el molde que trazaron para ellos? ¿Qué, cuando la imagen paterna es en todo negativa y el hijo considera el rechazo un deber moral? Sin remedio, se produce un encontronazo, y la vida familiar del hijo se convierte en un infierno del que hay que huir a como dé lugar.