¿Quién mandó matar a Luis Donaldo Colosio? Esa pregunta continúa flotando en el ambiente incluso a veinticinco años del asesinato político de mayor magnitud en la historia reciente de México, cuyas investigaciones y pesquisas fueron tan surreales como para hacer palidecer a la más descabellada novela policiaca.
En Matar al candidato, F.G. Haghenbeck (autor de El diablo me obligó, en el que se basó la serie de Netflix Diablero) y Bef (autor de Habla María) se han dado a la tarea de realizar su propia investigación, en formato de novela gráfica, a través del personaje de Elsa, una joven periodista que recibe el encargo de escribir un libro sobre el tema. Apoyada en elementos como los dibujos o las fábulas escritas por el asesino confeso, Mario Aburto, que fue llevado misteriosamente durante dos horas a una playa, sin presencia judicial, justo después del atentado de Lomas Taurinas, en Tijuana, la periodista se adentrará buscando respuestas hasta lo más profundo de la podredumbre laberíntica de la justicia y la política mexicanas.
Al final, la única certeza que se refleja en Matar al candidato es que los ciudadanos somos meros espectadores de un perverso espectáculo teatral, donde los poderosos en turno manejan el país a su arbitrio, en ocasiones sin siquiera molestarse en ocultar sus flagrantes actos de cinismo o de despiadada corrupción.