Las generaciones anteriores crecieron en un medio en que la poesía no era algo lejano y ajeno sino formaba parte natural de la vida. Canciones de cuna, adivinanzas, recitaciones, epigramas, lectura en voz alta, pruebas de ingenio estaban en el trasfondo de la vida cotidiana. Los medios electrónicos, que han acercado a millones de formas de arte antes vedadas para la mayoría, han reducido por contraste el público natural de los poetas.