En esta entrega observamos los elementos que distinguieron el primer volumen y que permite una escenificación y representación del entorno preciso y evocador en el que transcurre la novela, conservando la esencia de la obra original. En este volumen el narrador nos lleva por pasajes de su infancia y hacia su adolescencia, en la cual el creciente interés que siente por diversas mujeres en un viaje que realiza con su abuela al balneario de Balbec desplaza a aquel que sentía por Gilberte, la hija de Swann.