Es nuestro sistema. O, al menos, el peor compañero de viaje posible: uno que nos despoja a cada paso y nos sumerge en la incertidumbre.
La extorsión no es sólo una mancha en nuestro sistema. Es nuestro sistema. O, al menos, el peor compañero de viaje posible: uno que nos despoja a cada paso y nos sumerge en la incertidumbre.