"No conozco obra tan trabajada cual esta de Dante -dice Carlyle.- Ha sido como fundida en el horno más ardiente de su alma. Le ha obligado a encorvarse durante muchos años. Y no sólo el conjunto de la obra: cada compartimiento suyo está trabajado con intensa aplicación, con verdad, con clarísima visualidad. Todo se corresponde en ella; Todo esta firmemente en su lugar, como bloque de mármol cuidadosamente tallado y esculpido. Es el alma de Dante, y en ella el alma de la Edad Media, hecha para siempre rítmicamente visible".