Fedor Dostoievski desde muy joven se dedicó al cultivo de las letras, más como vocación, que como profesión, pues su vocación literaria era parte de una orientación más amplia, que tocaba, en un sentido filosófico y ético, los grandes temas de mediados del siglo xix, centrándose en la re definición de lo humano, lo social, lo religioso, y sobre todo lo político. De carácter voluble y enfermizo, tras la muerte de su mujer y su hermano, tuvo que hacer frente a compromisos económicos que lo rebasaban.