Una de las cotas más altas de la poesía mundial del siglo XX. «Con mucha humildad ?escribe Neruda?, hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura substancia». La desnudez que elige aquí el autor rehúye deliberadamente las pautas sonoras y constructivas del soneto clásico. A través de este despojamiento voluntario la palabra palpita y se libera de la imagen.