Ya han pasado más de cien años desde el nacimiento de este hombre taciturno, humilde y bueno, este andaluz que buscó, en lo más hondo y profundo de Castilla, el genio y el espíritu de una España más sabia y más libre. No ha habido homenajes en su memoria. No son necesarios. No le importaban los honores a este Académico de la Lengua que jamás llegó a ocupar su sillón. Pero – ¡afortunadamente!– sus poemas sí han quedado en la memoria de los hombres.