Los siete cuentos de este volumen, en apariencia tan distintos en sus tramas, poseen el mismo hilo conductor: el de la vida, que es breve, y por eso hay que detenerse y apurarse en disfrutarla. Es un carpe diem diáfano, aunque no exento de tormentas. Sus personajes ambicionan un lugar ?donde la prisa no existía, donde el vino jamás faltaba y donde el amor sobraba?, pero donde la entrometida realidad se encarga de echar por tierra tales bondades y designios.