Madrid, febrero de 1873. Amadeo abdica y en España se proclama por primera vez la República.
Por esos días, Fernando Besora, director del diario vespertino La Iberia a quien ya conocimos en Sangre en la calle del Turco, recibe a un misterioso joven, Alonso Figueroa, que le propone investigar sobre la desaparición de dos valiosos libros de la Biblioteca Nacional.