La victoria sin precedentes de Andrés Manuel López Obrador, en 2018, lo trajo a la presidencia con una gran aceptación, legitimidad y capital político, pero también con un nivel de expectativas que prometen ser difíciles de cumplir. A contracorriente del descenso que las izquierdas experimentan hoy en diversas latitudes del mundo, su gobierno enfrenta el reto de emprender una transformación histórica con las herramientas y estructuras del viejo régimen.