Pido una gracia y temo que no se me conceda la de que no se juzgue por una lectura rápida un trabajo de veinte años la de que se apruebe o se condene el libro entero, no un pasaje cualquiera o algunas frases. Quien desee buscar el designio del autor, no lo descubrirá sino en el conjunto de la obra. He examinado antes que nada los hombres he pensado que en esta diversidad de leyes y costumbres no eran conducidos únicamente por sus fantasías. He sentado los principios he visto los casos particulares ajustarse a ellos, ser consecuencia de ellos las historias de todas las naciones y cada ley particular relacionada con otra o dependiente de otra más general. Aquí se dejarán sentir muchas verdades, cuando se haya visto la cadena que las une a otras. Cuanto más se reflexione sobre los detalles, se comprenderá mejor la certidumbre de los principios. Pero esos detalles, claro es que no los he dado todos ¿quién podría decirlo todo sin mortal fastidio? No se verán aquí esos rasgos salientes que caracterizan las modernas obras.