En esta carta, escrita en 1691 a Sor Filotea de la Cruz (quien era en realidad el obispo de puebla D. Manuel Fernández de Santa Cruz), Sor Juana Inés de la Cruz, hace una vehemente exposición del porqué ella no puede escribir sobre asuntos religiosos, y el porqué de su afición al estudio al conocimiento. Es una especia de velada protesta, en la que la autora manifiesta su pesar por el hecho de que en aquel entonces, a las mujeres les era vedado instruirse, y muchas que querían hacerlo, tenían que realizarlo a escondidas o, como Sor Juana...