La ceremonia del té es una de las disciplinas más refinadas, sofisticadas y distintivas de la cultura japonesa. Lo que comenzó como un simple pasatiempo, se convirtió con el devenir de los siglos en una habilidad social imprescindible entre las clases distinguidas, hasta transformarse en un camino de reflexión, meditación y autoconocimiento y en un modo de preservar el legado cultural del Japón tradicional.