La dieta baja en FODMAP -que son una serie de carbohidratos de difícil digestión como el trigo, la leche, las legumbres, la soja y determinadas frutas, verduras, frutos secos y endulzantes- es un revolucionario programa dirigido a las personas que sufren intolerancias alimentarias. Su principal objetivo es evitar la sintomatología propia del síndrome del intestino irritable y otros trastornos relacionados, y proteger así la salud a largo plazo.