Una mañana de 2011, Libby DeLana salió de su casa para dar un paseo. Al día siguiente hizo lo mismo. Y al siguiente, también. Desde entonces, no lo ha dejado. Paso a paso, lleva recorridos más de cuarenta mil kilómetros, el equivalente a una vuelta al mundo. Un gesto tan sencillo como caminar se ha convertido en un hábito diario que ha cambiado su vida para siempre.