La obra de Antoine de Saint-Exupéry se ha caracterizado por ser de corte filosófico, debido a las múltiples interpretaciones que se han dado a su obra más icónica, El Principito.
Cuatro años antes de dicha publicación, el autor francés lanzó su tercera novela, Tierra de Hombres (1939), en donde da un giro totalmente distinto a lo hecho en sus trabajos anteriores.