En un rompimiento siempre hay alguien que quiere irse y alguien que desea luchar contra el final, pero cuando lo que se ha agotado es el amor, poco puede hacerse contra lo inevitable.
Los conflictos, los malentendidos y las heridas pasadas se acumulan, imposibilitando reencontrar el calor que alguna vez tuvo una relación… y entonces el amor ya no es suficiente para continuar.