Los grillos se han callado de golpe y Gabi se despierta con un vacío en el estómago. Sus padres se han ido y sabe que algo está a punto de ocurrir.
Los días anteriores en el campo los ha pasado como siempre: ayudando con el grano, perdiéndose bajo los calistros con su perra Sombra y soportando las bromas crueles de sus hermanos mayores.