El tío Oswald es "el mayor fornicador de todos los tiempos", afirma su sobrino y transcriptor de sus diarios. Muy joven empieza a amasar su fabulosa fortuna: con polvo de escarabajo sudanes inventa unas píldoras de extraordinarias virtudes afrodisíacas, funda un "banco de esperma" y, en compañía de la excitante Yasmin, parte en busca de celebridades, cuyo semen congelado será adquirido a precio de oro por acaudaladas clientas, ansiosas de tener retoños con pedigrí.