Por medio del presente se explica cómo utilizar la musculatura torácica, lumbar, intercostal, diafragmática y abdominal, para dar soporte a la voz sin alterar la mecánica de los pliegues vocales.
De manera que, si toda esta actividad neuromuscular no se cumple de forma coordinada la voz no logra proyectarse y todo el esfuerzo será soportado o compensado por los músculos laríngeos, con el peligro de generar a la larga una patología vocal.