La idea central de este libro trata de la continuidad. Hablamos del hilo que une a todos los seres desde el principio de la historia. Si bien los romanos pueden parecernos muy distintos de los hindúes, de los escitas o de las personas que pintaron Altamira, lo cierto es que sus intereses, sus inquietudes y sus percepciones de lo trascendente no eran tan diferentes.