Durante cinco años, los hermanos William y Jim Reid conversaron hasta altas horas de la madrugada en el salón de la casa de sus padres en East Kilbride, Escocia, imaginando cómo sería su grupo de rock ideal. Sabían que no podían tocar en la misma banda porque discutirían sin parar, así que se describían mutuamente sus grupos de ensueño, hasta que finalmente se percataron de que esas dos bandas perfectas eran en realidad la misma, y que el nombre de ese grupo tenía que ser The Jesus and Mary Chain.