Los chicos de Huata sueñan con ser emparejados con una chica para poder convertirse en pilotos de crisálidas, los gigantes mecanizados que se utilizan para luchar contra las criaturas que acechan al otro lado de la Gran Muralla.
El mayor honor para una chica de Huarria es que la seleccionen como piloto concubina, aunque esto signifique una muerte segura. Cuando su hermana muere en una crisálida, Zetian le toma el relevo para vengarla.