Dos años atrás, Louise le Blanc huyó de su aquelarre y se refugió en la ciudad de Cesarine, donde renunció a la magia para vivir de lo que pudiera robar.
Allí, cazan a brujas como Lou. Les temen. Y las queman.
Como cazador de la Iglesia, Reid Diggory ha vivido su vida bajo una regla: No permitirás que ninguna bruja viva.