Tessa Cade ha pasado de ser una proscrita a consejera del palacio, pero incluso con su recién descubierto poder, no puede detener la enfermedad que todavía se sigue propagando.
El príncipe Corrick está intentando gobernar de una manera diferente, pero no es fácil reparar la grieta que existe entre la realeza y el pueblo; ni la que va creciendo entre Tessa y él.