Del autor de cuatro claves para que tu hijo sea feliz, llega un libro excepcional que cambiará tu concepción sobre acervo genético y el desarrollo de la inteligencia. Albert Einstein no aprendió a leer hasta los siete años ni a hablar con fluidez hasta los nueve, su maestra lo calificó como «mortalmente lerdo». Le costó sangre, sudor y lágrimas acceder a la escuela politécnica...