Todos los grandes cineastas poseen un método secreto para realizar sus películas, pero sus enfoques son muy distintos. A Martin Scorsese le gusta preparar las tomas de manera muy precisa, con bastante antelación, para tener la oportunidad de cambiarlo todo si lo considera necesario. En cambio, Lars von Trier se niega a reflexionar sobre un plano hasta que ya lo está rodando.