El narrador viaja a la infancia que vivió en Mantua, un bosque cercano a Washington, D.C. Crónica de recuerdos que alimentó la lenta recuperación de la memoria de su madre; May empieza a recordar palabras que son nombres, el orden de las cosas, el desorden al azar... los árboles de un bosque. La infancia del narrador es el andar para recuperar el pasado de su madre y la novela entreteje esos fragmentos como quien va hilando sílabas sobre la nieve de páginas en blanco.