El narrador, un joven que parece haber perdido el rumbo de su vida, se ve envuelto en los inevitables trapicheos, obsesiones y dramas cotidianos que proliferan en uno de esos barrios olvidados que hay en los márgenes de cualquier ciudad; pero también vive rodeado de personajes -un camello aficionado a los canarios, un chico obsesionado con el fuego, un chucho que vagabundo llamado Mazinger - que le proporcionan algo parecido a la ternura.