«En todo caso bastaba ingresar en la deriva placentera del ciudadano que se deja llevar por sus preferencias callejeras, y casi siempre mi paseo terminaba en el barrio de las galerías cubiertas, quizás porque los pasajes y las galerías han sido mi patria secreta desde siempre.» Todos los fuegos el fuego (1966) ofrece ocho muestras rotundas de la plenitud creadora que alcanzan los cuentos de Cortázar.