La tabla de Flandes es un apasionante juego de trampas e inversiones —pintura, música, literatura, historia, lógica matemática— que Arturo Pérez-Reverte encaja con diabólica destreza.
A finales del siglo XV un viejo maestro flamenco introduce en uno de sus cuadros, en forma de partida de ajedrez, la clave de un secreto que pudo cambiar la historia de Europa.