Aunque su lengua materna era el polaco, Joseph Conrad escribía en el inglés certero, deslumbrante y barroco que había aprendido leyendo a Shakespeare mientras servía como marino mercante. Su obra literaria alcanza uno de sus puntos culminantes en esta breve pero magistral El corazón de las tinieblas, que recoge parte de sus experiencias a bordo de un barco de vapor en el río Congo.