Un papiro de tiempos de Alejandro Magno que une a un agitador serbio con un terrorista de la antigua Grecia, un semidiós que comparte sus aflicciones con las de un marido pusilánime, una cuadrilla de veteranos inválidos que se reivindican a punta de patas de palo o un gato que pasa de víctima a victimario… En el cuento cabe todo. Las posibilidades son tantas como los atributos de la vida misma, que no pierde ocasión para mostrar sus dotes ficcionales.