Así inicia la historia de Rosario Tijeras, una mujer sin edad que siendo una niña ingresó a la terrible escena del sicariato y la prostitución de Medellín a finales de los años ochenta. Ahora Antonio, su amigo incondicional, la recuerda desde el pasillo del hospital en el que Rosario lucha con la muerte. Su narración es el retrato de una asesina despiadada, pero es también un recuento del descarnado destino de una generación de jóvenes que crecieron en las comunas sin más alternativas que la violencia.