Cuando al final de la década de los sesenta la narrativa hispanoamericana alcanzó un prestigio mundial, se volvió la vista atrás en busca de sus clásicos. La figura gigantesca de Rulfo destacó inmediatamente. En 1995 aparece Pedro Páramo, novela gestada largamente por un escritor con fama de poco prolífico y que aunó la propia tradición narrativa hispanoamericana con los principios renovadores de la occidental..